¿Cuáles son las principales funciones de las educadoras y educadores que trabajan en estos servicios?
Por una parte, hay unas acciones dirigidas a la intervención con la persona, que abarcarían, a partir del conocimiento de la persona con discapacidad, básicamente la formación de habilidades relacionadas con la actividad laboral que se debe desarrollar en el centro ordinario. Las habilidades laborales específicas variarán en cada caso, en función del sector profesional y la tarea concreta que se debe hacer. Paralelamente a ellas, se deben tener en cuenta las habilidades polivalentes relacionadas con el trabajo, así como las habilidades de relación interpersonal y las de carácter sociopersonal, que tienen un papel muy importante en el desarrollo del rol laboral. La mayoría de las veces hay que insistir en habilidades de la vida diaria, como aprender a trasladarse desde el domicilio al lugar de trabajo.
El educador puede desarrollar un papel muy importante como mediador del proceso de enseñanza/aprendizaje que se haga para adquirir las tareas laborales específicas, desarrollando la instrucción directamente o bien, de manera indirecta, orientando a los compañeros de trabajo para que ellos mismos hagan esta función.
El seguimiento de la integración laboral de la persona con discapacidad se configura como una de las principales funciones de este profesional. Este seguimiento se hace habitualmente durante las primeras jornadas de trabajo mediante la presencia física del profesional, presencia que va desapareciendo a medida que algún compañero de trabajo asume las funciones de orientación y supervisión de la persona con discapacidad.
Por otra parte, hay unas funciones que hacen referencia a la acción educativa que se realiza con el entorno laboral. Estas funciones se desarrollan a partir del conocimiento del entorno laboral donde se producirá la inserción laboral y de las funciones específicas que desarrollará la persona en cuestión. El educador lleva a cabo básicamente acciones dirigidas a informar, sensibilizar y formar el entorno laboral. Así, realiza acciones dirigidas a los compañeros de trabajo para facilitar la aceptación de la persona con discapacidad: la información sobre las características del sujeto, la orientación de los compañeros de trabajo sobre cómo relacionarse con la persona con discapacidad... En definitiva, este profesional se convierte en la persona mediadora entre la persona con discapacidad y el entorno laboral que lo acoge, ejerciendo su acción con intensidad variable en función de las demandas del sujeto y del entorno.
Finalmente, encontramos las actuaciones relacionadas con la intervención con la familia del usuario. La información sobre las alternativas de inserción y sobre la situación en la que se encuentra el usuario a lo largo del itinerario de inserción llega a ser básica para facilitar la colaboración de la familia en el proceso de inserción laboral de la persona con discapacidad.
El trabajo con apoyo, a pesar de ser todavía hoy una metodología poco conocida por los profesionales del campo socioeducativo, constituye una modalidad a tener presente como una alternativa real, posible y eficaz para conseguir la inserción laboral de las personas con discapacidad. Desde la perspectiva del desarrollo profesional, es un sector en el que las educadoras y los educadores sociales están trabajando desde hace tiempo, desarrollando desde tareas de intervención directa a actividades de gestión de los propios servicios. La experiencia con que cuenta el sector en Catalunya hace posible plantear búsquedas que nos permitan conocer no sólo cómo se desarrollan los procesos de inserción laboral de las personas con discapacidad, sino también ir más allá para adivinar cuáles son los elementos que favorecen o dificultan la inserción laboral del colectivo. A este aspecto nos referimos a continuación.